sábado, 31 de marzo de 2012

Princess of my days.

Monika Stojak
Me gusta pensar que las cosas que quiero, que deseo, que imagino, son posibles. Me gusta pensar que podré llevarme bien con las personas, con casi todo el mundo, que podré ser amiga de las personas con las que he tenido un conflicto, que se pueden arreglar los malentendidos... que después del amor, y posteriormente desamor,  puede haber amistad. Me gusta pensar en posibles soluciones a problemas sin resolver, me gusta pensar que si hablo me escucharán y lograré convencer, y entender a las demás personas... pero poco a poco se me está demostrando que no es así.
La realidad es diferente. Las soluciones no son tan fáciles a problemas sencillos, son más fáciles cuando las personas no interfieren en ellos. La realidad es que los sentimientos hacen mella, hacen reacción en las personas, y no a todas por igual, que cada uno decide resolver sus conflictos personales de una forma diferente. Y la realidad es que no hay pasado sin amor. Que si una vez creció una flor, lo dificil no es cortarla, es arrancarla. He dicho dificil, no imposible, porque los sentimientos cambian, evolucionan, y de la misma forma que puedes odiar a alguien y luego quererle, y quererle para luego odiarle... también puedes amarle y luego solo quererle. Pero no está en nuestras manos que todos sientan lo mismo, o que tengan la misma capacidad de separar sentimientos.
Igual con una caricia, un abrazo, y una mirada, una persona quiere expresar cariño, comprensión, apoyo... pero la otra vé amor, deseo, y atracción... No existe el diccionario de gestos relacionado con sentimientos.

Claros y concisos, aunque duela, pero un no debe significar un no, y una promesa debe seguir siendo una promesa.

Cuento todos los empujones que me están dando, con todas las palabras... y cuento los enganchones que no me dejan avanzar... teniendo en cuenta de las personas que salen...
Ayer la verdad es que me sinceré mucho, no me acuerdo muy bien de todo lo que dije... pero sé que fue todo verdad, porque ni los borrachos ni los niños mienten... y creo que ayer fui algo infantil... y tal. No tuve miedo, no tuve prisas, solo tuve tus manos, y era todo lo que necesitaba.


Quiero volver a ver Titanic, y volver a llorar *O*

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