miércoles, 21 de marzo de 2012

Still Getting It

William Claxton
Con la distancia es muy fácil olvidarse de la gente. Basta que estés en silencio para que pases desapercibida. Así pues si estás un mes entero sin dar señales de vida, poniendo las cosas en su sitio, dándote un tiempo, y no quedando... cuando vuelves al mundo social se acuerdan de tu nombre de milagro.
Es algo que no me gusta nada, porque no es NADA dificil decir "hola" en un momento cualquiera.
A la gente le quitas todo lo que ha aparecido en 10 años y se vuelven patos, incluida yo en algunos aspectos, pero no lo echaría de menos.
Nunca seas como el resto de las personas, pudiendo ser diferente, pudiendo hacer lo que no hacen los demás, y no haciendo lo que sí hacen. Si te lan la espalda no tienes por qué darla tú, si te ignoran no tienes por qué ignorar tú... con un poco de ganas y empeño se puede conseguir. ¿Es ser masoca? ¿estúpido? puede, quizá un poco, pero mientras te sientas bien habrá valido la pena, quizá consigas cambiar a alguien.

Digimos una  noche de máxima pobreza que seríamos los reyes, que conseguiríamos lo que siempre quisimos, que seríamos unos cazafortunas conquistando corazones para arrancarles las posibilidades y compartirlas entre nosotros, utilizaríamos nuestra belleza, astucia, adorabilidad, para lograrlo todo. Siendo egoístas con los demás, pero generosos entre nosotros. ¿Ahora entonces es cuando tenemos que juntarnos? Ahora que hemos probado el cielo, ahora que hemos conseguido el status, ahora que vivimos entre algodones es cuando tenemos que compartirlo, pero sin embargo ninguno cede parte de sus migas, ninguno ha avisado al otro para contarle sus máximas. O porque nuestra pobreza quedó olvidada entre oro, o porque el cielo es demasiado grande como para compartirlo. Esa avenida quedó de testigo entre centímos contados con lupa, entre hambre ensordecedora con rugidos, entre tus brazos rodeando mis hombros como único tesoro y promesas que se pasaron de generosidad y hoy son egoísmo que nunca dije. Te digo que ahora tengo lo que siempre quise, y te digo que quiero lo que tuve, que después de dormir en portales en invierno dormí entre franela en el cielo, y hoy le devuelvo las llaves a San Pedro, para coger el autobús que me lleve a esa avenida y volver a sentir el frio y los rugidos de mi estómago.

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