miércoles, 28 de marzo de 2012

Whatever happens tomorrow, we had today

Ralph Gibson
Piérdete entre mis hilos, mientele a mi cintura, enrédate entre mis pestañas, engáñale a mis manos, flota entre mis susurros, sumérgete en mis ojos y haz largos en ellos, bucea, nada a mariposa, a braza... sin ahogarte, sé delicado pero imponte, que tus brazos sean mi límite, que tus labios sean mi meta inalcanzable, que tu cuello sea mi deseo platónico. Rapunzel creó el medio con su pelo para que su príncipe subiera a rescatarla de su castigo, de su jaula. Yo con el mio crearé tu jaula, tu perdición, mi propia trampa de la locura que me hará perder la cordura. Mientras tus manos quieran coger mis manos tus labios se adelantarán a los mios, se creará un conflicto del deseo que se resolverá con mi risa después de tus cosquillas, producto del nerviosismo al saber que tu piel roza mi piel sin tapujos, ni barreras. Es esa risa inocente la que resuena en tus peores sueños, en tus mejores pesadillas, en tus buenos días, en tus malas noches, la que resuena en tu ritmo corporal.

La nostalgia es el reproche del olvido
el perfume de las cosas que has querido y ya se han ido.

Aunque no tenga la cámara en mano mi mente es suficiente aún a largo plazo, descuida, que inmortalicé todos nuestros momentos, todas tus lágrimas, las vibraciones que produjo tus manos en mi cintura, las ondas de mi pelo en tus mejillas, el sonrojo de las mias, la sombra que creaba mi sonrisa en tu estómago, tus cicatrices del pasado curando por mi saliva. Son todos esos días los que quedaron en mi retina, no existe soporte que robar, que destruir, tan solo mi nostalgia aliada con el dolor es capaz de acumular tal poder.

Quieres prestarme tu amor sin apuntar el favor
todo tiene un dolor, dolor.

Detrás de mis pisadas, detrás de mis sonrisas, detrás de mis palabras se esconden mis secretos, mis más profundos pensamientos. Tantas lunas, tantos besos, tantas noches y días perdiendo el cielo y ganando el infierno. No sé cuando será hora de anclarme al suelo, no sé cuando será el momento de ganarme las puertas de tu cuerpo, ni tampoco cuando será el momento en el que deba decir "lo siento". Quizá con mis pasos, mis movimientos, mis giros indirectos, mis tacones, mis brazadas, mis bailes por la noche descubras el escape de mi aliento, de mis pájaros mentales, mi más profunda libertad, descubriás quizá el motivo que busco, el motivo que necesito, lo que te pido con mis ojos pero te miento con mis labios.


A lo mejor es que Adan busco el sabor de lo distinto
sin saber que sin amor todos los besos son el mismo.

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