No sé realmente cuando fue el momento en el que nos cogimos de la mano.
Fue mi sentencia?
No, creo que mi sentencia fue cuando te probé.
Cuando el alcohol hizo que me olvidara de mis "principios", esos que tanto me estorbaban,
Y ahora cada vez que nos ahogamos en sudor no puedo quitar la mirada de tus ojos celestes.
Cocinar en ropa interior y sentir el cosquilleo de esos ojos, el recorrido por mi espalda, que acaban en carne roja y coca-colas.
Me encanta hacer recuento de abdominales cada vez que te veo, tastarte el cuello, columpiar mis dedos en tu fina cadera, recorrer tu espalda, y quedarme 3 segundos nadando en el color de tus ojos a través de tus lentillas. Todo eso en 1 minuto. Después del protocolo podemos proseguir.
Vayamos a cenarnos.
Me han clavado un puñal en la cabeza lleno de sentimientos que hacia 8 meses que no sentía. Inseguridad, baja autoestima, desconfianza. Hoy por hoy me enfrento a esos sentimientos yo sola, por lo que cuesta salir un poco más del pozo. Gracias a dios me cojo vacaciones, desaparezco. Y mi cabeza también desaparece.
Tú, precisamente tú. Por ser todo lo que no debes ser, por ser tanto para mi pero a la vez nada, por sólo ser motivo de vida o muerte... te necesito. Mi aislante, mi desconexión mental. Me llevas a otra edad, a otro lugar, por eso quiero estar cerca de ti. Mi escapatoria, mis mariposas. Eres mi mariposa. Vuelvo a querer rebolotear a tu lado.
Pero nunca sé lo que quieres tú,
Sólo vuelven a quedar días.
Y explotó la bomba atómica. Tenía que pasar. Pero no cambia nada.
Traición? Ni siquiera creo que tenga ese nombre.
Se llama Verdad.
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