martes, 22 de julio de 2014

They are LIES

Martina Matencio
Si alguien viera mi cara hoy saldría corriendo. 
Yo lo haría.
No estoy capacitada para enfrentarme a mi cara.

La amistad es un invento de las tiendas de bisutería, es una forma de vender pulseras en packs de dos, tres... o pulseras ridículas con símbolos como el de "infinito". No creo que exista alguien que pueda llegar a ser tan fiel como un perro y estar ahí para las buenas y para las malas, que no se olvide de ti, que perdone, que sea agradecido, que te defienda, que aunque estés tiempo sin verle sea todo como siempre. Hay gente que dice que si, que tiene a gente así en su vida... yo no me lo creo. Todos somos unos cerdos al fin y al cabo, y nosotros mismos estamos por encima del otro.
Ahora mismo tengo a gente en mi vida, unos más especiales que otros, pero con el tiempo se desmoronan, van y vienen según tienen pareja o no, o según tienen a otros "amigos". Mis cualidades no son aptas, o no son suficientes para poder mantenerme en su agenda de contactos habituales. Gente que fueron mucho, ahora poco a poco van siendo nada, y dentro de un tiempo sólo nos saludaremos cordialmente por la calle. 
No miento si digo que me duele, me duele la decepción, el haber dado y hecho, el haber vivido momentos, que ahora son poco importantes.
Perder una relación de amistad no difiere mucho de perder una relación amorosa. 

Y luego la gente pregunta que por qué me he vuelto como me he vuelto, tan cínica, tan fría, por qué hago daño a los demás... pues porque si no hago lo que quiero ahora, cuándo lo voy a hacer? ya pensé en su día por los demás, y de poco me ha servido. 

Los hombres son unos cerdos, y las mujeres unas arpías... y es lo que hay. 
El que piense que me equivoco que me lo demuestre.

Ellos son mentiras.

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