lunes, 11 de junio de 2012

Circles of confusion

Quiero que me enseñes a volar, como me enseñaste a quererte. Quiero bailar contigo los ritmos que no se han inventado, crear nuestro propio cículo vicioso de besos, en el que solo tú y yo nos podemos quejar de exceso de espacio.
Quiero soñar cada noche con zorros que juegan con serpientes al escondite; la serpiente huirá muerta de miedo pensándo que no está preparada para enfrentarse al zorro, pero éste, cuando termine la cuenta atrás, correrá a por ella, y siempre la encontrará. Siempre. Cuando es la hora de la serpiente, es inevitable que por el sesseo el zorro descubra su posición, hay carcajadas que no se pueden evitar, y a la serpiente le encantan las lenguas que quedan al descubierto.
Quizá estos sueños se parezcan a tardes-noches de escondites en tu casa, en los que nos buscábamos las cosquillas a distancia y haciamos trampas provocando nuestras risas entre tanta oscuridad.
Amaneceres analógicos entre laberintos de sábanas e inspiración a contra luz, piel desnuda sin tapujos, pelos como escarpias, y dos sonrisas. Ni que hubiera sido la primera vez, pero en realidad lo era. Siempre que me miras es la primera vez. Tu pestañeo era el obturador capturando imágenes secretas, y en tu mano el arma que contiene las pruebas físicas.

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