martes, 29 de mayo de 2012

Somebody that I used to know


Philip Riches
You can get addicted to a certain kind of sadness
Like resignation to the end
Always the end
So when we found that we could not make sense
Well you said that we would still be friends
But I'll admit that I was glad that it was over
...

Cierra los ojos, e imagina ser un gigante que puede arrasar con cualquier obstáculo, ser el viento que atraviesa las barreras, ser las manillas del reloj y controlar el tiempo que tenemos, el tiempo que ya pasó.
Controlar el momento en el que te abracé por última vez, y cambiar ese abrazo por un último beso. Controlar las veces que yo misma me puse en medio de mis oportunidades junto al miedo, y rechazarle, dejarle apartado. Sentirme dueña de mi misma, de mis propias decisiones con carácter, sentirme "yo" por un momento, y alargarlo durante el resto de horas que me quedan.

Si juntas la distancia con el tiempo que pasa, no se obtiene el olvido, simplemente el desconocimiento, el "qué estará haciendo", el olvido no es tan fácil de conseguir, aunque la apariencia sea creible, siempre queda un "latir" que aviva los sentimientos.
Y que ese latir perdure y se intensifique en los momentos más indecisos, más movedizos, que hagan de guía y ritmo cuando la situación esté dudosa y confusa.

Conocer a manzanas nunca tuvo nada de malo, fue el hambre, lo prohibido, el bocado que hizo caer a Adán y Eva en el pecado, moderlas, devorarlas, probar lo indevido. ¿Quién controla esa fuerza? ese autocontrol de máxima pureza, si el ser humano está creado para errar, es ir contra la naturaleza del propio instinto. ¿Qué hay más intenso, más fuerte, que la propia naturaleza? Garantízame que puedes superar esa adrenalina, ese hormigueo, esa sensación de haber llegado al límite de lo oculto.
La superación es poder sentirlo cada día, sentir que nunca podrás caerte, sentir manos en tus caderas aferrándote, protección y satisfacción.
¿Cambias una noche de sublime placer por un calendario entero de máxima excitación?
Adán y Eva perdieron la diferencia que las personas tienen de los animales, perdieron el título de racionales.
Dime que te tendré el hoy de cada día, y yo te regalaré mi persona, mi cuerpo, con lazos si los deseas.


Arenas movedizas bajo mis pies... que no consiguen llegar a mi cabeza.

Hecho que no quita que me duela.

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