domingo, 24 de febrero de 2013

Eat me

Giacomo Sinapsi
El querer irracional hacia una persona. Puedes llegar a querer tanto a una persona que piensas que no podrías dar más amor por ella, llegas a un punto de no retorno, es el momento de amar irracionalmente hasta que explotes. Yo quisiera explotar en varias ocasiones, tengo motivos para ello. Él es mi motivo. Él me da la sonrisa que necesito cada día, el empujón para empezar aquello que yo sola no podría, él son todos aquellos detallitos que hacen que sea feliz, el engranaje de mi maquinaria, mi zumo de buenos días, mis zapatos nuevos. Si pudiera me enredaría en su sien y me instalaría allí mi nuevo hogar; él es mi hogar. No importa en qué país esté, bien en Portugal o en Inglaterra... sus ojos siempre serán mi faro. Su ombligo también sería un buen alojamiento, le haría cosquillas cada día para verle sonreír, y sus costillas serían mi tobogán para viajar a su espalda y caminar silenciosamente por ella buscando lunares escondidos. Soñar es bonito, y más con su cuerpo.
Él cada día me demuestra un poco más, le da sentido a Febrero, a cupido, al calendario. Sería agonía no escuchar su risa, me he acostumbrado a reír yo también a su coro, es contagiosa. Contagioso es también su cariño, es pura dulzura. Todos los días espero que me embriague con su azúcar invisible para crear mi propio algodón dulce, ni en las ferias encuentro tal delicatessen. Él es mi manjar.

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