jueves, 19 de julio de 2012

Hate me.


Henri Cartier

¿Y si te digo que quedan dieciocho días para que nos fundamos entre nosotros? Que seremos helados que se derriten al tacto de los labios. Me darás el beso de despedida que nunca me diste, y yo te devolveré las lágrimas que dejé caer, sin querer.
Te he esperado como un ferrero en la estantería durante días, virgen de abrazos y de caricias, pero tranquilo que no de sonrisas. Fuiste capaz de hacerme soñar en mi cama, por las noches, aunque tú no estabas; me cuidaste con las manos de otras personas, y me arropaste en esperanza. Has sabido guardar mi ilusión, y mis manos se quedaron en el aeropuerto, ahi están esperando a que vuelvas; son tuyas, te recibirán con telarañas, pero no viejas, ni desgastadas.
Si te soy sincera, te he odiado todas las noches, al igual que odié que fueras mi compañero, odié tu dulzura en nuestra amistad. Y tengo el presentimiento... que igual confundo el odio con amor, porque nunca pude alejarme de ti, siempre fui el boomerang que vuelve tan solo para ver tu sonrisa, entonces se gira y sale corriendo, pero esta vez quiere tus ojos... y así cada día, hasta hoy... con curiosidad de saber que se le antojará de ti mañana. No te creas, que tu también pones de tu parte, cuando buscas mis cosquillas por debajo de las sábanas, y haces que quiera alejarte de mi con rábia... pero entonces vuelvo corriendo buscando tus manos, esas que han sido traviesas, y han provocado mi huida repentina.
Nunca admitiré que existe ese lazo entre nosotros que nos retiene siempre juntos, siempre querré escaparme, para a los cinco minutos buscarte otra vez.
Déjame odiarte, y deja que baile contigo todos los días.


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